Páginas

viernes, 17 de junio de 2016

LABORATORIO DE LA ADMINISTRACIÓN PROVINCIAL DEL AGUA

El gerente de Control y Supervisión de Servicios de la APA (Administración Provincial del Agua) Mario Schmidt brindó detalles del funcionamiento que tiene su área de trabajo especifica.

“Esta gerencia tiene a cargo el área de Hidrología, el Departamento de Operación y Mantenimiento y el Departamento de Laboratorio el cual está operativo durante todo el año” explicó.
El Laboratorio tiene la responsabilidad de hacer los controles y seguimientos de los servicios de agua potable y de las plantas de tratamientos cloacales de toda La Pampa, “para lograr esto se realizan una serie de análisis tanto en la fuente de captación que serían los pozos, como los reservorios y en la red en sí misma” informó el gerente.
Finalmente el funcionario del APA manifestó “contamos con un equipo de profesionales aptos para conseguir estos objetivos y que son idóneos para la tarea que realizan aquí, están calificados y cuentan con una amplia experiencia en todo lo que es agua”, culminó Schmidt.


REUNIÓN CON LA ASAMBLEA DE LOS RÍOS PAMPEANOS

Funcionarios de la Secretaría de Recursos Hídricos y miembros de la Asamblea Permanente por los Derechos de los Ríos Pampeanos se reunieron el pasado día lunes con el fin de coordinar acciones en conjunto. 
En la misma se invitó formalmente a los representantes de la Asamblea a formar parte del Comité de Crisis recientemente conformado.

El martes, el Comité de Crisis inició los primeros trabajos para aliviar el caudal ante una posible crecida del río Atuel construyendo defensas y terraplenes en Algarrobo del Águila y Santa Isabel. En la oportunidad, integrantes de la Secretaría de Recursos Hídricos en conjunto con personal de Salud, de Acción Social, Vialidad Provincial, Defensa Civil y de la Asamblea de los Ríos recorrieron distintos puestos.
En representación de la Asamblea, junto al Comité de Crisis, se encuentra trabajando en la zona la señora Juanita de Ugalde, vecina de la localidad de Santa Isabel

17 de junio - Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía

En 1994 la Asamblea General proclamó el 17 de junio Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía (resolución 49/115), en conmemoración de la aprobación de la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación el 17 de junio de 1994. 

Se invitó a todos los Estados a que dedicaran el Día Mundial a sensibilizar a la opinión pública respecto de la necesidad de cooperar en el plano internacional para luchar contra la desertificación y los efectos de la sequía y de aplicar la Convención de Lucha contra la Desertificación.



Desde entonces, este día se celebra en los países Partes de la Convención, las organizaciones del sistema de Naciones Unidas, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales y otras partes interesadas, con diferentes actividades por todo el mundo.


El problema de la degradación de tierras

La desertificación es la degradación de tierras en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, y se debe a diferentes factores tales como las actividades humanas y las variaciones climáticas. La desertificación, que no es imputable a la extensión de los desiertos actuales, ocurre porque los ecosistemas de tierras secas, que cubren más de la tercera parte de las tierras firmes del mundo, son sumamente vulnerables a la sobreexplotación y el aprovechamiento inadecuado de la tierra. La pobreza, la inestabilidad política, la deforestación, el pastoreo excesivo y las prácticas deficientes de riego pueden socavar la productividad de la tierra. Más de 250 millones de personas se hallan directamente afectadas por la desertificación. Además, cerca de 1.000 millones de habitantes en más de 100 países están amenazados por ella, entre los cuales se cuentan los ciudadanos más pobres, marginados y políticamente débiles del mundo.

Una solución innovadora

La lucha contra la desertificación es imprescindible para garantizar la productividad a largo plazo de las tierras secas habitadas. Por desgracia, los esfuerzos anteriores a menudo han fracasado, y el problema de la degradación de tierras a escala mundial sigue empeorando. Reconociendo la necesidad de establecer un nuevo enfoque, en marzo del 2002 ya son 179 los gobiernos que han pasado a ser Parte de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación que promueve la adopción de medidas eficaces mediante la creación de nuevos programas locales y asociaciones internacionales de apoyo. La Convención reconoce que será necesario desplegar prolongados esfuerzos para proteger las tierras secas, y que no existen soluciones rápidas. Ello se debe a que las causas de la desertificación son numerosas y complejas, y estas van desde las pautas del comercio internacional hasta las practicas no sostenibles de gestión de la tierra. Será menester introducir cambios auténticos y difíciles, a nivel internacional y local.

Programas de acción nacionales ...

Los países afectados por la desertificación aplican la Convención elaborando y llevando a cabo programas de acción a nivel nacional, subregional y regional. Los criterios para formular estos programas se detallan en los cinco "anexos de aplicación regional" de la Convención correspondientes a África (considerada prioritaria, ya que es allí donde la desertificación es más aguda), Asia, América Latina y el Caribe, el Mediterráneo norte y Europa Central y Oriental. Teniendo en cuenta las experiencias anteriores, la Convención estipula que dichos programas han de reflejar un método democrático, de abajo hacia arriba. Deben hacer hincapié en la participación popular y crear un "entorno facilitador" que permita a las poblaciones locales mismas revertir el fenómeno de la degradación de las tierras. Como es lógico, recae en los gobiernos la responsabilidad de crear este entorno facilitador, poniendo en práctica cambios políticamente delicados, como la descentralización de la autoridad, el mejoramiento de los sistemas de tenencia de tierras, y la potenciación de mujeres, agricultores y pastores. Este entorno permitirá asimismo a las organizaciones no gubernamentales desempeñar una función importante en la elaboración y aplicación de los programas de acción. A diferencia de numerosos esfuerzos anteriores, estos programas de acción deben integrarse plenamente con las demás políticas nacionales encaminadas a lograr un desarrollo sostenible y habrán de ser flexibles y adaptarse a la evolución de las circunstancias.

... y acuerdos de asociación

Los programas de acción de la Convención se establecen mediante consultas entre los países afectados, donantes, y organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales. Este proceso mejorara la coordinación y la canalización de la asistencia al desarrollo hacia las zonas donde pueda ser más eficaz, y también permitirá concertar acuerdos de asociación que determinarán las responsabilidades de los países afectados y donantes, y las de las organizaciones internacionales. Se espera que los países desarrollados impulsen la movilización de recursos substanciales para financiar los programas de acción, y fomenten el acceso a las tecnologías, conocimientos y métodos técnicos apropiados. Se pone de relieve la necesidad de establecer una coordinación entre los donantes y beneficiarios, dado que todas las diversas actividades de los programas deben ser complementarias y deben fortalecerse mutuamente.

Desarrollo sostenible

La Convención abre una importante nueva etapa en la lucha contra la desertificación, pero es tan sólo el comienzo; en particular, los gobiernos estan examinando periódicamente los programas de acción. También hacen hincapié en las actividades de sensibilización, educación, y capacitación en los países en desarrollo y desarrollados. La desertificación sólo se podrá revertir introduciendo cambios profundos en las pautas de comportamiento locales e internacionales. Estos cambios graduales conducirán finalmente al uso sostenible de las tierras y garantizarán la seguridad alimenticia para la creciente población mundial. Por tanto, en realidad la lucha contra la desertificación es sólo parte de un objetivo más amplio: el desarrollo sostenible de los países afectados por la sequía y la desertificación.