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domingo, 24 de noviembre de 2013

Cristina aplicó en la política las recomendaciones de sus médicos

Especialistas aseguran que, luego de una intervención como la que tuvo, el paciente sufre fragilidad emocional y sensación de “finitud”.

“Fueron momentos difíciles, no lo voy a negar. Porque ir a un examen cardiológico de rutina y de repente te dicen que te tenés que operar de la cabeza... Todo el mundo tiene operaciones, pero la cabeza es algo como que... La capocha es la capocha, como decía mi abuelo”. La frase de Cristina Fernández de Kirchner durante el video que marcó su reaparición pública refleja el miedo común para todos los pacientes que atraviesan una intervención quirúrgica que presenta algún grado de complejidad.

“Después del proceso de diagnóstico y tratamiento aparece una sensación de quiebre de la persona, hay un reconocimiento de la finitud y una sensación de mayor fragilidad”, explicó Mirta Laham, directora del Instituto de Psicocardiología. Cómo reacciona cada persona tras una operación, ya sea en la cabeza o el corazón, dependerá de su personalidad, el apoyo social con el que cuente y hasta su tipo de trabajo. “Hay personas que se deprimen, algunas que niegan la gravedad de lo que ocurrió y sobreactúan la situación, y otras muy resilientes que ante la adversidad encuentran motivación para activarse y mejorarse rápidamente”, sostuvo Laham.
“En general, cualquier evento traumático magno como accidentes de tránsito, episodios de violencia o enfermedades importantes hacen que las personas reconfiguren el abordaje filosófico de la vida, cambien drásticamente algunas conductas”, sostuvo Daniel López Rosetti, director del Servicio de Medicina del Estrés del Hospital Central de San Isidro. En el caso de la Presidenta, hay algunos signos de cambios tras sus 47 días de licencia médica, como el abandono parcial de su luto en la vestimenta o el tono más conciliador y menos agresivo de su discurso.
“Para afrontar el estrés después de una operación, se le pide al paciente que haga algunos cambios, como que se rodee de personas de confianza para compartir la responsabilidad y no generar un estrés tan grande en todas las situaciones”, dijo Laham. La designación de Jorge Capitanich como jefe de Gabinete tendría que ver con el pedido de sus médicos de aprender a delegar funciones para cuidar su salud. “El estrés es una resultante entre la carga o amenaza y la capacidad de resistencia. Cuando la amenaza supera la capacidad de resistencia, con el paso del tiempo aparecen síntomas. La amenaza es inherente a la actividad política, con lo cual el abordaje o tratamiento terapéutico en un político es diferente que en otros pacientes”, analiza López Rosetti. Y completa: “El objetivo desde el punto de vista psicológico-cognitivo es cómo va a afrontar mentalmente esa amenaza”.


Realizar actividad física, descansar, poner en práctica técnicas de relajación y mindfulness (atención plena) son algunos de los pasos del programa de entrenamiento para el manejo del estrés al que se está sometiendo la Presidenta. “Hay distintos tipos de técnicas para afrontarlo. Se ve que ella está escuchando los consejos. El tema es ver cómo estos cambios que está pudiendo llevar a cabo se sostienen en el tiempo”, concluyó Laham.

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