El penal de Marín que Amarilla no quiso cobrar, los
increíbles fallos debajo del arco de Blandi y Pato, el golazo de Riquelme y las
atajadas de Orión, entre lo más sobresaliente del partido
Boca sacó anoche otra foto más para su álbum de partidos
inolvidables en la mismísima casa del Corinthians donde se despojó de rumores,
de suspicacias, de su doble cara futbolística, de las horas que se llenan hablando
de lo que le pasa y jugó un partido en el que dejó en claro que el Boca que
cruza fronteras es el que sabe jugar la Copa.
El primer tiempo fue
de esos que los otros equipos deben ver para saber cómo se juega la
Libertadores, mientras que en el segundo supo afrontar la embestida del “Timao”
con prestancia de equipo experimentado en este certamen.
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