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domingo, 21 de julio de 2013

Opatowski duda de Mangeri: "Se cierra el círculo y el que sigue estando es Jorge"

Tras el exabrupto con un vecino, analizó el caso en TV. Lágrimas, la defensa de su hijo y la ficha que "no cae" por Mangeri.

El crimen. Horas en los medios. Un ostracismo de casi un mes, y el regreso al edificio de Ravignani 2360. El intercambio de insultos con un vecino fue el corolario para la vuelta de Sergio Opatowski a los medios, mientras todavía continúa el misterio sobre el crimen de su hijastra, Ángeles Rawson. A pesar de que la situación procesal del único imputado, el encargado del edificio Jorge Mangeri, se complica cada vez más, todavía queda por dilucidar interrogantes clave para cerrar una historia que acaparó la atención de la opinión pública en las últimas seis semanas.

Opatowski, esposo de la madre de Ángeles, aseguró hoy en una extensa entrevista con el canal C5N que la familia de la joven continúa "esperando resultados" en la investigación por el homicidio de la adolescente.
Mientras defendió en reiteradas oportunidades la actuación de la fiscal Paula Asaro, Opatowski se mostró contrariado por las sospechas y críticas sobre la familia. "Por ahí esa frialdad mía que se mostró, mostraba una cara medio siniestra de mi lado pero estamos muy golpeados con esto", confió.
"Me gustaría que alguien me explicara (por qué la mataron), que algún calificado dentro de la medicina, de la psiquiatría, me explique esta conducta ¿Cómo puede ser que esto haya sucedido y nadie vio nada?", lamentó.
Frente a las sospechas y los rumores sobre su hijo Axel, Opatowski se quebró y, entre lágrimas, dijo: "Es un sol".  Según su versión, el día que Ángeles desapareció, el adolescente"estaba acostado, con fiebre, almorzó en la cama".
"Yo llegué a las 12.30 me recosté, a las tres y media o cuatro escucho ruidos y veo que es mi hijo y le digo 'qué haces acá, no estás la escuela' y me dijo 'perdoname, tengo un poco de fiebre' y le dije 'acostate", relató.

"Si mi hijo hubiese escuchado algo al primero que se lo hubiese dicho era a mí, pongo las manos en el fuego por eso", aseveró.


Tranquilidad. A pesar de que los detalles del crimen son cada vez más escabrosos, el padrastro de la adolescente se mostró tranquilo con que Ángeles no haya sido abusada sexualmente. "Defendió su pureza y su virginidad con uñas y dientes", sostuvo, ante lo que reforzó la hipótesis de un ataque frustrado. "Nos dio paz saber que no la violaron. No se dejó violar. Cuando me enteré que no fue violada, me quedé con la boca abierta", resaltó.


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