Este 1 de Agosto se
conmemora el día de la Madre Tierra, el de la Pachamama, que propone
agasajarla con manjares y tomar una copita de caña con ruda para alejar los
maleficios, tener buena suerte y salud.
Una vez al año se reverencia a la Pacha, la dueña de las cosechas
y del ganado, la que rige las estaciones y provee de vida.
En el norte andino, el ritual incluye cavar un hoyo donde se mete
una olla de barro con comida, pan y dulces, espigas de choclo, una botella de
chicha o aguardiente, tabaco y hojas de coca, para “carar” (alimentar) a la
Pachamama, que luego se cubre con piedras, hasta formar un montículo llamado
“apacheta”.
La veneración a la diosa Tierra es una de las más antiguas de la
región andina sudamericana, hasta el punto que algunos autores la consideran
anterior al culto a Inti, dios Sol de los Incas.
Las comunidades indígenas del noroeste de Argentina, Chile,
Bolivia y Perú rinden culto a la Madre Tierra durante un mes y para los
atacameños de la Puna chilena, el Día de la Pachamama es también su Año Nuevo:
ese día comienza la Primavera, que para el calendario oficial nacerá recién en
septiembre.
Se bien se la identifica con la Tierra, Pacha en kolla significa
“tiempo”. Rigoberto Paredes, estudioso de la tradición indígena, dice que “el
mito debió referirse primitivamente al tiempo, vinculado en alguna forma con la
Tierra: el tiempo que cura los dolores, el tiempo que distribuye las
estaciones”. Las diversas lenguas indígenas habrían simplificado luego
esta matriz y convertido a la Madre Tiempo en Madre Tierra.
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