"Estoy conteniendo a todos", dice la abuela
psicóloga de Angeles
María Inés Castelli retomó la rutina en su consultorio y
habló con PERFIL por primera vez.
La abuela de Angeles Rawson es el sostén emocional de la
familia. “Estoy conteniendo a todos”, confiesa ella en una charla exclusiva con
PERFIL. La mujer es psicóloga. Siempre trabajó con el dolor. Pero con el dolor
de sus pacientes. De gente extraña.
En la entrevista, María Inés Castelli tocará varios temas.
Hablará de la causa. Opinará de la Justicia. No soltará una sola pista del
paradero de su hija, su pareja y sus otros nietos. Y ni mencionará a Jorge
Mangeri, el único detenido que tiene el caso.
“Le agradezco a la prensa por el interés pero en este
momento yo, como la madre de María Elena, me convertí en el sostén emocional de
la familia. Nosotros estamos muy unidos, nos refugiamos en la fe, pero también
estamos muy tristes. Lo que nos pasó es una cosa espantosa que le puede pasar a
cualquiera”, explica en la puerta de su consultorio.
María Inés es la única familiar directa que no abandonó su
rutina semanal desde que su nieta apareció asesinada, el martes 11 de junio en
el predio de la Ceamse de José León Suárez. La mujer recibe a sus pacientes de
lunes a viernes en un edificio de la avenida Cabildo, en el barrio de Belgrano.
En uno de esos intervalos, la abuela de Angeles aceptó hablar con PERFIL. “No
voy a hablar ni opinar del tema como psicóloga, lo hago como abuela de
Angeles”, se ataja.
“Lo único que te puedo decir es que sigo trabajando como de
costumbre porque eso me mantiene ocupada”, amplía.
La abuela aseguró que atraviesan una situación dolorosa como
para encima tener que lidiar con los medios de comunicación. “Ya de por sí, la
situación es muy dolorosa. Eso de estar declarando todo el tiempo ante los
medios no nos ayuda a descansar del tema”, explica antes de referirse al curso
que tomó la investigación por el homicidio.
María Inés también contó que sigue de cerca las últimas
novedades en la causa, pese a que ni ella ni su hija se presentaron como parte
querellante. “Confiamos en que se va a resolver pero sabemos también que la
justicia de los hombres también se equivoca”, suelta en la charla.
Sobre el destino incierto de la madre y el padrastro, la
mujer explicó que ninguno de ellos quiere hacer declaraciones. “Imaginate el
dolor de que te maten a una hija o una nieta y que encima la tiren a la basura.
Yo estoy conteniendo a toda mi familia. Lo único que puedo asegurarte es que
estamos todos muy unidos”.
Desde que los restos de la chica fueron inhumados, el
departamento “A” de la calle Ravignani está deshabitado. “Por ahora no van a
volver, pero de ningún modo nos vamos a ir del país, la vamos a seguir peleando
acá”, sostiene.
La mujer también es la única integrante de la familia que
envió un mensaje público al cumplirse el primer mes del fallecimiento de su
nieta. “A un mes de su partida, su abuela María Inés agradece las innumerables
muestras de afecto recibidas, pide oraciones para que la familia sobrelleve su
dolorosa pérdida y por el descanso de la querida e inolvidable Angeles”,
escribió la abuela, en un aviso fúnebre que publicó el diario La Nación el
miércoles pasado.
La adolescente fue asesinada ese día, en circunstancias no esclarecidas,
cuando regresaba al edificio de Ravignani 2360, en el barrio de Palermo, tras
asistir a una clase de gimnasia.
Mumi –como la conocían todos– fue hallada muerta al día
siguiente en un basural de José León Suárez, adonde llegó transportada en un
camión recolector de residuos. El sábado 15 a la madrugada fue detenido el
portero del edificio donde ella vivía con su familia, Jorge Mangeri (45), quien
luego fue procesado con prisión preventiva por “homicidio agravado por
alevosía”.
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