La empresa Autobuses Santa Fe recibió una ayuda financiera nacional por cerca de 4 millones de pesos en 4 meses para que preste el servicio con un combustible a precio subsidiados. En noviembre le giraron $954.444,72, en diciembre $ 982.321,46, en enero $ 1.179.91960 y en febrero, 1.238.198,07. En todos los casos se informa que es por el 100% del gasto en combustible y por el 100% del personal.
A esa ayuda económica la empresa debe sumarle el subsidio municipal para que se mantenga a un costo menor el boleto para escolares, jubilados y ex combatientes. Sin embargo, en 7 meses de concesión ya hizo sentir su poder y generó las condiciones para que los trabajadores hicieran huelga debido a que no les pagaron los salarios en tiempo y forma.
En esa ocasión, la empresa justificó la falta de pago en el atraso municipal en girar los subsidios. A este comportamiento patronal de presionar para obtener cada vez más beneficios, se le puede sumar el planteo que harán por el fallo judicial que los obliga a garantizar la accesibilidad para las personas con movilidad reducida.
Autobuses Santa Fe debió prestar un servicio accesible desde el principio pero se excusó en la rapidez con la que se tuvo que hacer cargo del transporte y en la gran cantidad de calles de tierra, para traer los vehículos que hoy circulan por la capital. Lo quiso solucionar con una combi especial para personas con movilidad reducida, que, como lo señalaron las ONG’s., es discriminativo y además, no está disponible para que se utilice cada vez que se lo necesita como sería si los colectivos fueran de piso bajo.
En la comisión de Seguimiento y Control del Servicio, los empresarios manifestaron que trasladarían el precio del reacondicionamiento de las unidades para garantizar la accesibilidad a la comuna o al usuario.
La comuna ha informado que el corte de boletos ha ido creciendo mes a mes, pero no tienen mecanismos de control más allá de la declaración jurada que hace la empresa para que luego le giren el subsidio por el boleto a menor precio.
Desde que prestan el servicio, no cumplen con varios puntos del pliego de concesión. Además de la accesibilidad, les falta garantizar los refugios en las terminales para que los empleados puedan descender a un baño o a tomar un refrigerio y no comenzó a colocar las máquinas para el cobre del boleto electrónico hasta el mes de diciembre del año pasado. Al día de hoy, conviven los dos sistemas, el de corte manual y el electrónico.
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