Otra empresa cierra sus negocios en el país y destruye
empleos. Argumenta que el cepo cambiario y la pérdida de competitividad por el
alza de los costos a mayor ritmo que la suba del tipo de cambio la fue dejando
sin mercados. En octubre de 2012 había cerrado puntos de ventas en la zona
Oeste, lindera a la Ciudad de Buenos Aires, por conflictos gremiales con el
Sindicato de Comercio.
En un comunicado datado en la Ciudad de México, la compañía,
propiedad de Ricardo Salinas que opera Televisión Azteca, una compañía de
telefonía móvil y el Banco Azteca entre otras empresas, explicó a la Bolsa
Mexicana de Valores que esta "decisión resulta de un difícil entorno
macroeconómico y de negocios, que resta viabilidad a la operación en ese
país".
Resalta Elektra que entre los factores que hacen inviables
los negocios está el "control cambiario y restricciones a importar y
exportar que limitan el acceso a mercancías para el comercio, mientras que los
controles al flujo de capitales restringen la inversión".
Además, señaló que la "alta inflación, dificulta la
planificación de los negocios, mientras que la regulación laboral permite
prácticas sindicales que afectan el ambiente de inversión".
También denunció que en la Argentina "existe una
cultura de no pago de deudas que hace inviable el negocio del crédito",
otra especialidad del grupo. Se trata de un concepto que surge de los abultados
litigios que el país mantiene con el CIADI y con el Club de París (grupo de
países que históricamente asistieron a la Argentina en tiempo de crisis y para
cubrir desequilibrios en la balanza de pagos).
De ahí que el directorio de la compañía, por instrucción de
sus principales accionistas, optó por abandonar la Argentina y
"concentrarse en países donde se advierte mejor clima para los negocios y
finanzas, en beneficio de todos sus inversores", concluye la esquela.
Elektra afirmó que sus operaciones en Argentina son
"poco significativas" respecto al tamaño de la compañía, y aclaró que
no mantiene actividades bancarias, las cuales han permitido desarrollar
operaciones exitosas en otras regiones, como en los Estados Unidos, Guatemala,
Honduras, Perú,
Panamá, El Salvador y Brasil, donde buscará derivar las
inversiones que planificaba para el sur del continente.
Ya a mediados de 2012 la firma había dado señales de achique de su
estructura comercial por el constante conflicto que enfrentaba entre empresa y
el sindicato mercantil, al cerrar las puertas de todas los puntos de venta de
la zona oeste (Laferrere, San Justo, Morón, Merlo y Moreno).
De este modo, se suma a la larga lista de empresas que el
estudio Orlando Ferreres y Asociados detectó que "mueren en la Argentina",
en una proporción mayor a las que nacen, fenómeno que no se advertía desde la
crisis de 2001 y 2002 y en menor medida en 2009.
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