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lunes, 9 de junio de 2014

“ La Comisión clausuró todos los lugares debido a las condiciones infrahumanas”

Alejandro Ayala, conductor del programa 'La voz que nadie quiere escuchar', que se emite cada lunes a las 19, con una repetición los jueves a las 21, por Radio La Tosca en el 95.1, dialogó con Plan B Noticias en Radio sobre la condiciones edilicias en la Unidad Penal 4.
“Esperemos que con esta conducción nueva que asumió hace pocos días podamos revertir las condiciones de la Unidad y que con el cambio de director podamos hacer las gestiones para hacer el programa en vivo sobre el debate de la educación, el patronato de liberados y el código penal”, dijo.

“Ojalá que este programa salga al aire, que fue registrado en su momento como el primer programa de 'La voz que nadie quiere escuchar'. Queremos poder realizar este programa, que se vea qué hacen los internos y cambiar un poco la visión que todas las personas tienen de la cárcel”, agregó.

—Una de los cosas que contaron en programas recientes, fue de la visita de sectores de la justicia para evaluar las condiciones de la Unidad Penal 4


—sí. En un programa que saldrá en esta tarde, noche, hablamos un poco de la gestión que viene haciendo la Comisión de Cárceles, en cuanto a salir de los despachos y hacer lo que tienen que hacer.

“Lo primero que se evidenció con su visita fue las malas condiciones de las unidades de aislamiento de la U4, donde pasan una sanción personas que cometen una infracción al sistema de convivvencia que tienen todas las unidades”, dijo.

“Lo relevante es que la Comisión clausuró todos estos lugares debido a las condiciones infrahumanas que tienen. Nosotros comentábamos que quien pudiera acceder al libro 'Crimen y Castigo' y leyera las condiciones de detención, en el 1700, las condiciones no habían cambiado y eso era lo llamativo”, agregó Ayala.

“En otra visita, durante toda la semana, se evidenciaron problemas en la facturación de alimentos que se deberían dar a los internos, como es el desayuno a la mañana, que tampoco se estaba dando”, afirmó.

“Se hicieron los reclamos correspondientes y esperemos que algunas cosas de estas se vayan solucionando. Nosotros apuntamos a la educación y queremos que la Comisión le dé prioridad a eso”, dijo.

—¿Cómo es una celda de aislamiento?


—Son lugares de dos metros por dos metros, donde hay una cama de cemento. Depende en el horario que te traigan, te llevan ahí y a veces a la noche, te entregan un colchón o se olvidan y dormís sobre el material crudo.

“La celda no cuenta con sanitario y uno tiene que tener un recipiente y si no pudo conseguir uno para orinar, hace donde puede”, agregó.

—¿Los dejan un tiempo largo?


—Depende. Si la persona es traída de una unidad a otra, por lo general pasan dos días, hasa que ven dónde lo pueden ubicar. Y si la persona ha recibido una sanción correctiva, depende del grado de sanción, que es de dos días a veinticinco, pasa sus días ahí.

“Las condiciones no son las mejores, no son las idóneas, por eso se cerraron 'los buzones'. Yo pasé por esa situación, cuando ingresé a la unidad y en ese momento, la comida se encargaba el servicio penitenciario, que daba mucho que desear y llegaba la comida cruda”, dijo.

“Ahora, hay un servicio tercerizado, y le llevan la comida cocinada. Llega el desayuno entre las 10 y las 11 y luego a las 15 horas, les dan la comida a las personas que están en esa situación”, contó.

—También hubo un cuestionamiento a la cocina, por parte de la Comisión de Cárceles

—Sí todo está reglamentado y si no se cumple la regla, se comete un delito. Como no hay muchos controles, a veces hay faltante de algunos artículos, en el menú que deben proveer. El zorro controla a las gallinas y es medio complicado, salvo cuando pasan estas cosas, que celebramos, que venga la Comisión de Cárceles y haga su trabajo.

—¿Muchas veces los internos no quieren comer la comida del servicio y se hacen la propia?

—Eso es así. Ahora ha mejorado bastante, luego de que el servicio ha sido tercerizado. Pero la gran mayoría de la población, que tiene la posibilidad de trabajar, opta por comprarse los alimentos y hacérselo, ya que la comida deja mucho que desear.

“El menú actual es muy básico: polenta, salpicón y fideo. Si uno tiene la posibilidad de tener un trabajo y puede comprar por la cantina de la unidad alguna otra cosa, opta por eso”, afirmó.

—¿Qué precios se paga por la cantina?

—No tenemos mucha referencia de los precios de afuera. La unidad entrega una lista y esa lista se reparte a todos los pabellones. Es el precio que está acá y el que hay que pagar por los alimentos. A nosotros nos parece que es caro, pero no tenemos forma de corroborar si es así o no.

Cabe recordar que 'La voz que nadie quiere escuchar', comenzó a emitirse el 30 de octubre de 2012 al aire y en vivo desde el pabellón de Educación de la Unidad Penal Nª 4 de Santa Rosa.

Ese día se apuró la salida al aire a pedido del director de entonces, Mario Ptaznik, para que pudiera incluirse en las jornadas de “Cárceles de puertas abiertas”, que se realizan cada año en el mes de octubre.

Los alumnos de la materia Proyectos Culturales y Nuevas Tecnologías, que apenas llevaban unas pocas clases, aceptaron adelantar lo que estaba previsto para fines de noviembre. En una asamblea, que los oyentes del programa han escuchado a modo de artística, decidieron el nombre del programa y la bajada. Así daba sus primeros pasos “La Voz Que  Nadie Quiere Escuchar. Las palabras se hacen libres detrás de los muros”.

Así los y las oyentes conocieron que los detenidos no pasan el tiempo de encierro a manera de disfrute como suele pensarse en el sentido común, que se les paga la comida, la vestimenta y la estadía. La gran mayoría trabaja todos los días, paga su comida, satisface sus necesidades diarias y ahorra dos tercios del sueldo mínimo, vital y móvil que percibe.

Cumplen con una rutina que se inicia a las 6 de la mañana con la apertura de las celdas y termina a las 24 de ese día, cuando las vuelven a cerrar. En ese tiempo trabajan en el mantenimiento del penal, la comida, la limpieza, en talleres de herrería, albañilería, jardinería, entre otros.

Además, asisten a la educación formal inicial o secundaria y a talleres extracurriculares. Una de las demandas actuales pasa por la implementación de un convenio que les permita avanzar en estudios terciarios o universitarios.

Radio La Tosca fue la vía de comunicación para que por primera vez un programa de radio pudiera salir en vivo desde el penal. Luego, en un acuerdo con las autoridades del Servicio Penitenciario Federal, se comenzaron a grabar debido a la prohibición de ingresar teléfonos celulares, que fue la forma a modo de excepción, que se usó el 30 de octubre de 2012. Casi un año después, el 3 de octubre de 2013 ,y a instancias de la concejala justicialista Liliana Robledo, el programa fue declarado de interés municipal.

Sin censura previa y enterándose de los contendidos junto con los oyentes, el SPF y el Ministerio de Educación de La Pampa (por medio de la Dirección de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos) fueron claves para la continuidad del espacio radial. Como toda novedad en un contexto inusual, hubo tires y aflojes, pero no se comprometió la voz de quienes viven en Contexto de Encierro.

La cita es cada lunes a las 19, con una repetición los jueves a las 21, por Radio La Tosca en el 95.1 de su dial.

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