La mediuda judicial fue ordenada el pasado 23 de mayo y fue ordenada por la jueza Iara Silvestre.
Las “celdas de aislamiento” o rtambién llamadas “buzones”, se usan para castigar a los detenidos encerrándolos y aislándolos del resto.
Además, en la acción de habeas interpuesta se cuestionó el servicio de alimentación, la falta de afectación laboral en talleres, las demoras administrativas en recibir a los internos en audiencias y las condiciones edilicias y de limpieza de los pabellones 1 Bajo y Alto, 3 Bajo y Alto, 5 Bajo y 2 Alto.
Por otra parte, la comisión también destacó su “preocupación” por “la falta de traslado de los detenidos a los turnos en hospitales extramuros y a los turnos dentro de la misma unidad”.
La comisión participó de la audiencia que se concretó el pasado 29 de mayo y el habeas interpuesto se encuentra en pleno trámite,
La visita oficial “de monitoreo” por parte de la Comisión de Cárceles de la Defensoría se hizo los días 15 y 16 de mayo, con la participación de la co-titular Marcela Piñero y la secretaria Nuria Saba Sardañons, junto con el defensor Carlos Riera.
De acuerdo a lo informado por el Servicio Penitenciario Federal, la Unidad 4 al momento de la visita alojaba un total de 468 personas, incluyendo a quienes tienen salidas transitorias. La población se compone de 76 procesados y 392 condenados. De ellos, 227 son detenidos nacionales; 107 provinciales y los restantes pertenecen a la Justicia Federal: 58 condenados y 67 procesados.
El informe describe desde los sectores previos al ingreso al sector de “aislamiento”. Alude a montículos de basura y pintura en mal estado. En el “sector de aislamiento” hay 10 celdas individuales, cuya clausura se solicitó a partir de que se descubrieron las condiciones.
Todas carecían de baño y de iluminación. “En la celda 3 se observaron las paredes con manchas que aparentaban ser de sangre, y en malas condiciones de pintura”, señala el informe. La celda 10 tenía las paredes en mal estado de conservación. Además, las celdas carecían de mobiliario, “por lo que se observó la comida que había sido entregada al interno ubicado en la celda 10 en un rincón de dicha celda, en el piso. Sumado a ello, tan solo había un colchón sobre el camastro, toda vez que esta celda, pese a estar ocupada, carecía de ropa de cama”.
“Las puertas de ingreso de las celdas contaban con una pequeña apertura, y según fuera informado por el Subdirector Escalada la calefacción ingresaría por dicha abertura y por el espacio que existe entre la puerta y el piso. Esta calefacción se encontraba ubicada al final del pasillo, y no se pudo observar en funcionamiento. También se pudo observar un bidón de agua, que es la ración de agua que se le entrega a cada interno”, completa el informe.
Asimismo, el informe detectó otras cuestiones edilicias como instalaciones eléctricas irregulares; manchas de humedad importantes; goteras; vidrios rotos en el techo del pabellón. “Se observó falta de higiene en general en todos los sectores, y reclamos por parte de los internos de la falta de entrega de elementos de limpieza”, completa la inspección.
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