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lunes, 9 de junio de 2014

Larrañaga divide a sus concejales entre “legítimos” e “ilegítimos”

El viernes en la sesión más extensa de los últimos años del deliberativo local, una concejala hizo público el pensamiento del intendente. Larrañaga arrancó con 6 concejales propios y una aliada: hoy le quedan 5 y está a punto de perder otro.
En el cierre de una sesión que duró más de 19 horas, con dos cuartos intermedio incluidos, Liliana Robledo, nombró de manera pública y por primera vez, la palabra “ilegítima”.
Fue al destacar la labor parlamentaria realizada por los 4 ediles del FrePam (Cuelle, Di Liscia, Roigé y Villatoro) , el de la UCR (Salomón) y las dos del PJ (Cabreros,  Robledo) en la elaboración de un paquete de ordenanzas que planificaban el crecimiento de Santa Rosa al menos por dos décadas.
Liliana Robledo dijo que “el trabajo que las ilegítimas hemos tratado de generar, en un espacio de respeto, fue  para generar soluciones para los vecinos y vecinas. Creo que es tarde pero también es bienvenido el planteo del Ejecutivo”.
“Es un ciclo que se cierra pero me deja la tranquilidad que me enseñó la doctrina justicialista, en pos y para los vecinos. Hemos trabajado con convicciones y en un marco de respeto, aunque no fue respeto lo que recibimos”, enfatizó.
“Apuesto al trabajo proactivo, a que se reactive el Plan Estratégico, espero realmente que el trabajo sea serio y respetuoso, que sepan que estas dos ilegítimas estaremos para apoyar este gobierno. A veces los que están callados la boca, son más peligrosos que los que hablamos”, indicó la presidenta del Concejo Deliberante.
De legitimidades e ilegitimidades. Ni bien la palabra se pronunció en público, este medio puso especial atención a la mención. No tardó en saber que es el intendente Luis Larrañaga el que divide al bloque de concejales del PJ entre legítimos e ilegítimos.
Entre los que considera leales se encuentran Nilda Ghiglione, Eliezabeth Taboada, Ángel Ceferino Baraybar y Juan Mecca. Si tuviera la ficha del PJ,  no dudaría en  incluir a Viviana Rodríguez.
Del otro lado coloca a Mariela Cabreos y Liliana Robledo. A las concejalas no les perdona que hayan desplazado al mayor de los ediles del pedestal de la presidencia y, para colmo, que hayan establecido acuerdos políticos con el FrePam y la UCR. Lo considera una traición. Prefiere a los seguidores que  no cuestionan.
Sin embargo, el bloque “legítimo” no es un vergel. Lo integra un hombre mayor, con experiencia política y de gestión, pero que dice lo primero que se le viene a la boca. Lo que piensa. Y no mide costos políticos.
Reivindicó a Julio Argentino Roca, el responsable del genocidio de los pueblos originarios perpetrado en la mal llamada Conquista del Desierto. No había desierto. Había pueblos preexistentes a la invasión europea.
Y hace poco, dijo que las mujeres en situación de calles se prostituyen porque se les place. Y fue más allá, como funcionario público se prestó a que mujeres extranjeras reunieran los papeles para seguir en situación de prostitución sin interesarse demasiado en el caso. Las  mujeres dominicanas, que reconoció haber casado en  un matrimonio trucho, bien podrían haber sido víctimas del delito de trata de personas. Y si no lo fueron, reconoció haber falsificado un instrumento público.
Lo acompañan dos mujeres despreocupadas por las tareas legislativas. Taboada y Ghiglione levantan la mano cuando les dicen que las levanten. No se lo cuestionan.  Por lo general, definen sus posturas acorde al movimiento de manos del presidente del bloque.
El quinto es el hombre más político. El más formado. El que está dispuesto a recurrir a la imaginación, la chicana y la versión oficial para defender a Luis Larrañaga. Mecca preside el bloque del PJ y su liderazgo fue detectado por otras líneas partidarias.  Por la gestión, resistió hasta insultos del público. Se animó a defender posturas que a muchos les costaría asimilar. Hasta ahora, responde a Larrañaga, es parte del riñón.
Hoy, el intendente cuenta con 4 concejales propios y una aliada. Sin embargo, está a punto de perder uno de sus alfiles. O dos.
Uno, sabe que debe oficializar el cambio de línea en poco tiempo. El otro, resiste muy a pesar de su familia, que le pide salir del ruedo y evitar las presiones.

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