Una mujer discapacitada y su pareja denunciaron que en el Ipav les habían prometido una vivienda pero cuando llegaron las adjudicaciones no recibieron nada.
Oscar Alberto Moralejo, junto a su mujer, en la precaria construcción que ocupan en Vigne y Zelarrrayan, en el barrio San Martín, de Toay aseguran que les mintieron en el Ipav ya que le habían prometido una casa y no salieron adjudicados.
El hombre aseguró que les habían dicho que “tenían prioridad”. Su mujer, Estela Corvalán, está postrada en silla de ruedas desde hace veinte años, luego de la cesárea de su último hijo. Le hicieron tres cirugías pero no pudo volver a caminar.
Cuando se se dio a conocer el listado de adjudicatarios de Toay, no estaba en ninguna de las cuatro casas adaptadas para personas con discapacidad.
La mujer cobra 900 pesos por mes por una pensión provincial y su pareja hace changas de albañilería. Ella vivía en Barón, con su anterior marido. Cuando se separaron, él se quedó con la casa y ella renunció antes de venirse a vivir a Santa Rosa.
En Toay, le dijeron que no tiene la antigüedad suficiente para recibir la vivienda. Viaja tres veces por semana tiene a Santa Rosa para hacer rehabilitación.
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