El juez Ercolini procesó a un hombre que fue al Banco
Central para cobrar un cheque de más de ocho millones de pesos de la AFA.
Trabaja de mozo y no tenía dinero para llegar desde Chubut.
“Buenas tardes. Necesito ver a la señora Mercedes Marcó del
Pont. Tengo una carta para ella de la Presidente Cristina Fernández de
Kirchner”.
Faltaban minutos las
dos de la tarde del 6 de enero de 2012. Y con ese argumento el hombre logró
pasar el puesto de control de seguridad de la planta baja del Banco Central de
la República Argentina en la calle Reconquista 266.
Llegó hasta la antesala del despacho de Marcó del Pont en el
segundo piso del edificio. Allí le dejó la carta a una secretaria de las
secretarias de la presidente del Central.
Dijo que lo habían mandado de la Secretaría General de la
Presidencia. En papel membretado de la Presidencia de la Nación con un sello y
una firma dudosa, teóricamente de Cristina Fernández de Kirchner decía:
“…Buenos Aires, 3 de enero 2012…Señora Presidenta Banco Central de la República
Argentina…Estimada Mercedes: Te envío el cheque adjunto a la presente del Banco
Credicoop, perteneciente a la Asociación del Fútbol Argentino, a los efectos de
que se le dolarice el importe del mismo y hacerlo efectivo al portador de esta
misiva…Saludos cordiales, te veo a mi regreso”. Para ese entonces la Presidente
estaba internada producto de su afección de tiroides.
Además de la nota, en el sobre había un cheque del Banco
Credicoop número F77806134, firmado por autoridades de la AFA por una nada
despreciable suma de 8.800.000 pesos. El cheque había sido librado el 28 de
diciembre de 2011 y debía pagarse el 11 de enero de 2012. Una de las firmas se
asemeja mucho a la del dueño del fútbol argentino y uno de los autorizados a
firmar cheques de la AFA: Julio Grondona. El que la falsificó conocía casi a la
perfección la firma original de “Don Julio”.
Ante lo burdo de la maniobra-el BCRA no paga cheques- Marcó
del Pont se quedó con la documentación tanto la del sobre como la del hombre
que había ido a cobrar el cheque. Inmediatamente se estableció que el hombre,
por su DNI, era Juan Carlos Drube.
Marcó del Pont hizo la denuncia con rapidez. El juez Julián
Ercolini determinó que la carta de la Presidente era falsa y que Drube nunca
trabajó en una repartición del Gobierno. Drube fue procesado por Ercolini por
“haber recibido un efecto proveniente de un delito, agravado por el ánimo de
lucro, y haber hecho uso de un documento privado falsificado”.
El fiscal del caso, Ramiro González había pedido la
detención de Drube quien está en libertad. Según cuentan en Tribunales, la
secretaría de Inteligencia (SI) se tomó su tiempo para dar datos certeros para
hallar a Drube, un hombre que tuvo la osadía de ir a cobrar un cheque al
Central con una carta falsa de la Presidente.
Las imágenes de las cámaras de seguridad del BCRA no eran
determinantes a la hora de las comparaciones con la foto del documento. Entre
trámites, cruces telefónicos idas y vueltas y luego de la intervención de la Prefectura, Drube fue
hallado en Comodoro Rivadavia y llevado hasta el juzgado de Ercolini por los
prefectos. Llegó en un momento convulsionado para ese juzgado. Fue indagado a
mediados de mayo, al mismo tiempo que en una oficina vecina declaraba como
testigo Miriam Quiroga, la ex secretaria de Néstor Kirchner que habló de la
circulación de bolsos con dinero por la Casa Rosada. Pasó casi inadvertido. No
puso abogado y tuvo defensor oficial. No tenía dinero para viajar desde su casa
a Buenos Aires, por eso la Prefectura lo condujo hasta los Tribunales. Drube es
mozo de la marina mercante. Se gana la vida como puede y producto del “favor”
que hizo está procesado y no puede salir del país. ¿A quién intentó ayudar
cuando fue al BCRA a cobrar un cheque con una carta falsa de Cristina? ¿La
llegada de Drube al BCRA fue en carácter de mensajero de alguien? No se sabe
porque cuando lo indagaron se negó a declarar.
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