Especialistas aseguran que, luego de una intervención como
la que tuvo, el paciente sufre fragilidad emocional y sensación de “finitud”.
“Fueron momentos difíciles, no lo voy a negar. Porque ir a
un examen cardiológico de rutina y de repente te dicen que te tenés que operar
de la cabeza... Todo el mundo tiene operaciones, pero la cabeza es algo como
que... La capocha es la capocha, como decía mi abuelo”. La frase de Cristina
Fernández de Kirchner durante el video que marcó su reaparición pública refleja
el miedo común para todos los pacientes que atraviesan una intervención
quirúrgica que presenta algún grado de complejidad.
“Después del proceso de diagnóstico y tratamiento aparece
una sensación de quiebre de la persona, hay un reconocimiento de la finitud y
una sensación de mayor fragilidad”, explicó Mirta Laham, directora del
Instituto de Psicocardiología. Cómo reacciona cada persona tras una operación,
ya sea en la cabeza o el corazón, dependerá de su personalidad, el apoyo social
con el que cuente y hasta su tipo de trabajo. “Hay personas que se deprimen,
algunas que niegan la gravedad de lo que ocurrió y sobreactúan la situación, y
otras muy resilientes que ante la adversidad encuentran motivación para
activarse y mejorarse rápidamente”, sostuvo Laham.
“En general, cualquier evento traumático magno como
accidentes de tránsito, episodios de violencia o enfermedades importantes hacen
que las personas reconfiguren el abordaje filosófico de la vida, cambien
drásticamente algunas conductas”, sostuvo Daniel López Rosetti, director del
Servicio de Medicina del Estrés del Hospital Central de San Isidro. En el caso
de la Presidenta, hay algunos signos de cambios tras sus 47 días de licencia
médica, como el abandono parcial de su luto en la vestimenta o el tono más
conciliador y menos agresivo de su discurso.
“Para afrontar el estrés después de una operación, se le
pide al paciente que haga algunos cambios, como que se rodee de personas de
confianza para compartir la responsabilidad y no generar un estrés tan grande
en todas las situaciones”, dijo Laham. La designación de Jorge Capitanich como
jefe de Gabinete tendría que ver con el pedido de sus médicos de aprender a
delegar funciones para cuidar su salud. “El estrés es una resultante entre la
carga o amenaza y la capacidad de resistencia. Cuando la amenaza supera la
capacidad de resistencia, con el paso del tiempo aparecen síntomas. La amenaza
es inherente a la actividad política, con lo cual el abordaje o tratamiento
terapéutico en un político es diferente que en otros pacientes”, analiza López
Rosetti. Y completa: “El objetivo desde el punto de vista psicológico-cognitivo
es cómo va a afrontar mentalmente esa amenaza”.
Realizar actividad física, descansar, poner en práctica
técnicas de relajación y mindfulness (atención plena) son algunos de los pasos
del programa de entrenamiento para el manejo del estrés al que se está
sometiendo la Presidenta. “Hay distintos tipos de técnicas para afrontarlo. Se
ve que ella está escuchando los consejos. El tema es ver cómo estos cambios que
está pudiendo llevar a cabo se sostienen en el tiempo”, concluyó Laham.
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