Las cifras brindadas por el Indec correspondientes a los
primeros nueve meses del último año sumaron 7.881 millones de dólares. Cayó
casi u$s2.000 millones en comparación con un año antes. Modesta
recuperación entre julio y septiembre
Desde la imposición del cepo cambiario a fines de 2011 la
principal fuente de sustento de la IED es la reinversión de utilidades por
parte de las empresas de capital foráneo radicadas en el país. Esto es, se
limitan a hundir la riqueza neta generada en el país, ante las trabas no
reguladas para remunerar a los accionistas que no residen dentro de la
frontera.
Pero ese recurso también ha ido perdiendo relevancia en una
economía donde la conjunción de aceleración de la inflación y de la presión
tributaria, en un contexto de precios mal administrados y tipo de cambio que
tardíamente comenzó a recuperar terreno frente al alza de los precios, se
ocuparon también de erosionar las ganancias de las empresas.
Los aportes de empresas vinculadas o nuevas cayeron más de u$s1.300
millones
En el caso puntual del tercer trimestre, mientras las
utilidades reinvertidas por el sector financiero aumentaron más de 88%
interanual, unos u$s291 millones; las de la actividad productiva y comercial
declinaron casi 16%, fueron 263 millones menos.
En el acumulado del nonestre, la estadística del Indec
indicó que en el primer caso la IED sustentada en la reinversión de beneficios
de la banca fue similar a la de igual tramo del año anterior, con u$s1.165
millones, mientras que la de las empresas comerciales y fabriles se contrajo
casi 11% a u$s4.560 millones.
Más contractiva fue la IED apoyada en los aportes genuinos
de las casas matrices y filiales de las empresas radicadas en el país, como de
otras con intenciones de hundir capital a partir del potencial que ofrece la
explotación del reservorio hidrocarburífero de Vaca Muerta, la minería, así
como las claras carencias en materia de infraestructura y las necesidades de
expansión del sector manufacturero. Pasó de u$s3.488 millones computados para
los primeros nueve meses de 2012 a u$s2.156 millones un año después, acusando
una retracción de poco más de 38 por ciento.
Factor común
De ahí se desprende que entre los determinantes de las
incapacidades que ha mostrado el Banco Central para acumular reservas, como lo
hacía hasta 2011, no sólo se cuentan la reducción del superávit de la balanza
comercial, el desequilibrio de la cuenta turismo, la desacertada y mal llamada
política de desendeudamiento del sector público porque sigue en alza, sino
también el menor flujo de inversión extranjera directa.
En todos los casos se advierten los efectos de un común
denominador: la falta de un clima
favorable para los negocios, por la variabilidad e imprevisibilidad de la
política económica, con uso y abuso de regulaciones que se transforman en
imposiciones e impedimientos para asumir riesgos controlados.
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