Infobae hizo un recuento por los más de 130 escapes a lo
largo de 2013. Desde Tucumán, pasando por la fuga de Ezeiza, hasta Tierra del
Fuego, las huidas fueron moneda corriente y dejaron ver las fallas de una
estructura carcelaria obsoleta y sin garantías.
Si hubo algo que el 2013 nos dejó como saldo negativo fue la
gran cantidad de presos fugados en los distintos penales del país, lo que puso
en jaque el sistema penitenciario de la Argentina. Un recuento hecho por
Infobae, permitió establecer que a lo largo de todo el territorio nacional,
fueron 134 reos los que se fugaron. Entre los evadidos hay condenados por
homicidio, secuestro extorsivo, robo calificado, entre otros. Este número
supone que hubo entre dos y tres evadidos por semana.
Desde la insólita fuga de cinco presos en plena autopista
Riccheri, hasta el escape de 13 presos del penal de Ezeiza en agosto pasado y
que le costó la cabeza al entonces director del Sistema Penitenciario Federal,
Víctor Hortel. En su reemplazo, el Gobierno designó a Alejandro Marambio, un
hombre cuestionado por organizaciones de Derechos Humanos y que ya estuvo
previamente en el cargo.
Lo cierto es que los distintos escapes, algunos que rayaron
en los absurdo y otros que se basaron en planes milimétricamente pensados, dejaron
al desnudo los problemas estructurales del sistema carcelario del país, cada
vez más obsoleto e inseguro.
Incluso, en el comienzo de este año, ya se registraron 9
presos fugados. En Santa Fe, seis reclusos huyeron del penal de Coronda sin que
los vieran. En Misiones, un acusado de abuso sexual atacó a una policía y se
evadió. En Mendoza, dos presos abrieron una celda y se fueron.
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