Lo expresó en su editorial de hoy el prestigioso diario
uruguayo El Observador, que también hace mención al "insólito
silencio" de la presidente Cristina Kirchner en las últimas semanas.
"Estos problemas no pasan en los países serios", aseguran
En un duro editorial publicado en su edición de hoy, el
prestigioso diario uruguayo El Observador (el más leído de ese país junto al
centenario El País) califica de
"muy grave" la situación energética de la Argentina y cuestiona al
gobierno nacional y a la presidente Cristina Kirchner por no hacerse
responsable del problema o siquiera hablar al respecto.
"Es de todos conocida la grave situación energética que
se vive desde hace unos 15 días en la República Argentina. Cortes prolongados
de energía, personas que tienen que sobrevivir sin luz y sin agua potable y
dificultades de todo tipo para quienes viven en edificios de apartamentos donde
es preciso subir y bajar escaleras". Así inicia el matutino uruguayo su columna editorial
acerca del colapso eléctrico que comenzó a registrarse a mediados de mes
principalmente en Capital y Provincia y la posterior crisis social y política
que produjo.
"Frente a ello, declaraciones contradictorias de los
ministros del área (porque la locuaz presidenta Cristina Fernández de Kirchner
se llamó a un insólito silencio). Algunos ministros hablan de cortes
programados ante la dificultad de atender la demanda, otros culpan a las
empresas de no haber invertido durante 10 años, otros culpan a la ola de altas
temperaturas. Pero la línea central del discurso oficial de CFK, que sus
ministros deben repetir, no es contradictoria: el gobierno K no tiene la culpa
de lo que pasa. Que le pasen la factura a Macri o a las empresas",
sostiene El Observador.
Sobre el motivo por el cual Argentina se encontraba viviendo
estos problemas y Uruguay no, la dirección de la publicación explica: "Un
amigo argentino me preguntaba hace unos días por qué en Uruguay no había estos
problemas. Y le contesté que estos problemas, en general y salvo un caso de
fuerza mayor, no pasan en países serios. Y que donde pasan es donde la demanda
excede la oferta, y ello suele suceder allí donde la energía está fuertemente
subsidiada por el gobierno de turno, generalmente populista y demagogo y
generalmente también poseedor de recursos energéticos naturales abundantes".
Al referirse a la política de subsidios que ha llevado
adelante la administración kirchnerista, El Observador recuerda que la
subvención de las tarifas genera un efecto doble.
"Por un lado, reduce el incentivo a invertir en la
generación y distribución de energía ya que las empresas no encuentran
suficiente rentabilidad para arriesgar capital a largo plazo. Por otro, el
subsidio estimula el consumo. En Buenos Aires, por ejemplo, es fácil observar a
simple golpe de vista la proliferación de aparatos de aire acondicionado, tanto
en barrios pudientes como en barrios pobres. Todos quieren aprovechar el
subsidio... mientras este dure", expresa.
Y añade: "El gobierno (argentino) lo fomenta, poniendo
al pie de las facturas mensuales de energía una nota que explica que la energía
en Argentina es más barata que en los demás países de la región como Uruguay,
Brasil, Paraguay y Chile. No sea que los votantes no se den cuenta de la
magnanimidad de su gobierno y del 'modelo nacional y popular que impulsa y que
quiere profundizar".
Más adelante, el artículo repasa el sombrío panorama actual
en materia de economía y energía de la Argentina: "La política energética
populista ha llevado a que la balanza energética argentina pasara de un
superávit de US$ 5.000 millones hacia 2007 a un déficit de US$ 7.000 millones
en 2013. De exportador neto de energía, Argentina ha pasado a convertirse en
importador neto al crecer la demanda y reducirse la oferta y ha visto
evaporarse unos US$ 12.000 millones de sus cuentas externas en apenas seis
años. Y claro que países como Uruguay, Paraguay, Brasil y Chile, no tienen
cortes de energía como Argentina y como Venezuela".
Para finalizar, el diario uruguayo estima que problemas
energéticos como el que actualmente sufre Argentina suceden cuando
"gobiernos de carácter demagógico intentan 'derogar' la ley de la oferta y
demanda. Pero aunque consigan hacerlo por un tiempo, al final dicha ley les
pasa la factura y hay que pagar los platos rotos con electores enojados, con
crecimiento económico cercenado y sin inversión, aunque más no sea para extraer
las cuantiosas reservas que esos países tienen".
Y concluye: "Es que, como decía en la década de 1960
con mucho acierto el destacado político uruguayo y senador por el Partido
Nacional, escribano Dardo Ortiz, hay una ley que ningún Parlamento puede
derogar: la ley de la oferta y la demanda. Y de eso, hay abundantes ejemplos,
dentro y fuera de fronteras. Lo de Argentina no hace más que confirmarlo".
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